La reciente disculpa pública del presidente argentino Javier Gerardo Milei hacia México, luego de haber insultado al país y negado el pago de deudas, revela una clara preocupación por la crisis económica que enfrenta Argentina. Aunque México no ha aceptado las disculpas, el reconocimiento de Milei sobre la importancia estratégica del petróleo mexicano y la necesidad de fomentar relaciones comerciales muestra un giro significativo en su enfoque.
En el contexto geopolítico, la situación es compleja. Argentina, bajo la administración de Milei, se encuentra en una profunda crisis económica, con una inflación anual que en 2023 superó el 100%, un déficit fiscal que ronda el 3% del Producto Interno Bruto y una deuda externa que alcanza los 277 mil millones de dólares, de los cuales gran parte se debe a compromisos energéticos con México.
Por otro lado, México ha logrado una posición más favorable, experimentando un crecimiento económico sostenido del 3.1% en 2023, gracias en parte a su independencia energética y a su consolidación como uno de los principales exportadores de hidrocarburos en la región.
La tensión en las relaciones entre ambos países se ha intensificado. Si bien Argentina posee reservas de oro estimadas en 61 toneladas, estas no serían suficientes para cubrir la totalidad de la deuda energética. La incertidumbre sobre si México debe seguir confiando en Milei es creciente, dado su historial de declaraciones conflictivas y su gestión económica cuestionada.
El debate también gira en torno a si México debería continuar invirtiendo en Argentina o centrarse en su propio desarrollo económico, fortaleciendo su autonomía energética y su crecimiento industrial.
El colapso económico de Argentina bajo la presidencia de Javier Milei y su impacto en las relaciones con México abre un nuevo capítulo de incertidumbre geoeconómica, con temas sobre el futuro de la cooperación bilateral en energía, recursos naturales y comercio.
El carry trade se ha intensificado en México, ya que la tasa de interés de referencia del Banco de México se mantiene en un 11.25% en 2024, una de las más altas a nivel global. En contraste, Argentina ha tenido que lidiar con tasas de interés que superan el 97% para contrarrestar una inflación que en 2023 cerró por encima del 110%. Estos desajustes han atraído inversiones hacia México, en detrimento de Argentina, que ha sufrido una fuga de capitales superior a los 23 mil millones de dólares en los últimos tres años. El peso argentino, que se depreció un 88% frente al dólar en 2023, refleja la inestabilidad que aleja a los inversionistas.
México ha logrado avances significativos en su producción de hidrocarburos, con 1.8 millones de barriles de petróleo diarios en 2023, mientras que Argentina, a pesar de su potencial en la formación de Vaca Muerta, ha visto dificultades para atraer inversión suficiente. En 2023, Argentina produjo alrededor de 628 mil barriles diarios, pero enfrenta limitaciones logísticas y financieras que restringen su capacidad para competir en el mercado energético. Mientras tanto, México se ha consolidado como un actor importante en la exportación de petróleo crudo y refinados hacia América Latina con un aumento del 5% en sus exportaciones de crudo entre 2022 y 2023. Este crecimiento contrasta con la caída de 17% en las exportaciones argentinas de petróleo en el mismo periodo.
China ha desempeñado un papel crucial en la inversión en Argentina, con compromisos de más de 20 mil millones de dólares en los últimos cinco años, gran parte de los cuales se han destinado a infraestructura energética y de transporte, incluidos proyectos en Vaca Muerta. A partir de 2023, China representa casi el 15% de las exportaciones argentinas, en comparación con el 5.4% de México. Esto genera un contrapeso en las relaciones entre México y Argentina, ya que este último busca diversificar su dependencia económica en medio de la crisis. Además, el Banco Popular de China ha acordado un swap de divisas con Argentina por 19 mil millones de dólares para estabilizar sus reservas de divisas.
Argentina y México son actores clave en la geopolítica del litio. Argentina, como parte del "triángulo del litio", posee aproximadamente el 21% de las reservas mundiales de este mineral estratégico, mientras que México, aunque su industria de litio está en fase incipiente, tiene potencial para convertirse en uno de los principales productores de litio en el futuro cercano. En 2023, Argentina produjo cerca de 40 mil toneladas de carbonato de litio, representando un crecimiento de 30% respecto al año anterior, mientras que México ha identificado reservas de hasta 1.7 millones de toneladas en Sonora. Este recurso crítico podría cambiar las dinámicas económicas y geopolíticas en la región, convirtiendo a ambos países en jugadores fundamentales de la transición energética global.
Las relaciones comerciales entre Argentina y México han pasado por momentos de altibajos. En 2023, el comercio bilateral alcanzó los 2 mil 600 millones de dólares, siendo México el principal proveedor de Argentina en el ámbito de productos electrónicos y autos, mientras que Argentina exporta principalmente productos agrícolas. Históricamente, uno de los mayores conflictos ha sido el manejo de la deuda, particularmente en el sector energético. En 2020, Argentina acumuló una deuda de 500 millones de dólares con México debido a la compra de hidrocarburos, lo que tensó las relaciones. Desde la década de 1990, los vaivenes políticos y económicos han llevado a una relación inestable, que sigue marcando las negociaciones actuales, especialmente tras la reciente negativa de México a aceptar las disculpas de Milei.
La compleja interrelación geoeconómica entre México y Argentina, marcada por la crisis económica argentina y las crecientes tensiones diplomáticas, subraya la importancia de la energía, el carry trade y los recursos naturales estratégicos como el litio en las dinámicas de poder. Mientras México fortalece su posición en la región, Argentina lucha por mantener su relevancia. Los próximos movimientos de ambos países, influenciados por actores como China y la gestión de sus propios recursos, definirán el rumbo de sus relaciones y el impacto en el mapa geopolítico regional.