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12 Sep
12Sep

Implicaciones Geopolíticas

La posibilidad de que Estados Unidos autorice a Ucrania el uso de misiles de largo alcance contra territorio ruso, de concretarse, podría representar un punto de inflexión en la guerra entre Ucrania y Rusia, con profundas repercusiones a nivel geopolítico y de seguridad global.

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, Estados Unidos ha brindado a Ucrania apoyo militar por un valor superior a los 46,000 millones de dólares en asistencia directa, según el Instituto Kiel para la Economía Mundial. Esta cifra incluye sistemas avanzados de artillería, vehículos blindados y sistemas de defensa antiaérea, pero hasta ahora ha evitado proporcionar armas de largo alcance que podrían golpear territorio ruso, por temor a una escalada del conflicto.

Batería de misiles ATACMS

Uno de los sistemas que se ha discutido en los círculos de defensa es el Army Tactical Missile System (ATACMS), un misil balístico con un alcance de hasta 300 kilómetros, capaz de atacar objetivos estratégicos profundos dentro de Rusia. Estos cohetes, fabricados por Lockheed Martin, permitirían a Ucrania golpear bases militares, infraestructuras logísticas e instalaciones clave rusas más allá de las zonas de combate en Ucrania.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha mantenido una postura de apoyo a Ucrania, pero con una cautela evidente para no cruzar líneas que podrían involucrar a la OTAN en un enfrentamiento directo con Rusia. Sin embargo, algunos legisladores en el Congreso, como el senador Lindsey Graham, han abogado por aumentar el apoyo militar a Ucrania, incluidos los sistemas ATACMS, argumentando que limitar la capacidad defensiva de Ucrania podría prolongar la guerra.

Por otro lado, altos funcionarios del Departamento de Defensa, como el secretario de Defensa Lloyd Austin y el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, han sido cuidadosos en cuanto a la posible transferencia de estos misiles, ya que su uso en territorio ruso podría ser visto como una provocación directa por parte del Kremlin.

Si esta autorización se materializara, las repercusiones geopolíticas podrían ser de gran alcance:

Escalada del conflicto: El uso de misiles de largo alcance contra territorio ruso podría ser interpretado por Moscú como una intervención directa de la OTAN en el conflicto, lo que generaría una respuesta más agresiva. Rusia, bajo el mando del presidente Vladimir Putin, ha advertido repetidamente que tales acciones serían vistas como una amenaza existencial, lo que podría desencadenar represalias no solo contra Ucrania, sino también contra intereses occidentales. Cabe recordar que Rusia dispone de más de 6,000 ojivas nucleares, según el Boletín de Científicos Atómicos, lo que la convierte en la mayor potencia nuclear del mundo.

Reacciones dentro de la OTAN: Miembros clave de la OTAN, como Francia y Alemania, han sido más cautelosos en su enfoque hacia el conflicto. El presidente Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz han abogado por mantener abierta la vía diplomática, temiendo que una escalada conduzca a una guerra más amplia en Europa. Este posible desacuerdo interno podría tensar la unidad de la OTAN y poner a prueba su capacidad para responder de manera coherente a la crisis.

Impacto en la seguridad global: Una intensificación del conflicto también podría tener implicaciones a nivel económico. Las sanciones impuestas a Rusia desde el inicio de la invasión han tenido un impacto limitado en su capacidad de financiar la guerra, con el rublo fluctuando pero aún operando bajo ciertas restricciones comerciales. No obstante, una escalada podría llevar a nuevas sanciones que afectarían aún más el suministro global de petróleo y gas, exacerbando la crisis energética en Europa y aumentando la inflación global.

Además, el precio de los alimentos ha sido gravemente afectado debido al bloqueo de las exportaciones de grano ucraniano, lo que ha generado aumentos del 17% en los precios globales del trigo desde el inicio del conflicto, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

Escenarios futuros: En el caso de que Estados Unidos decida finalmente proporcionar misiles de largo alcance a Ucrania, las opciones de Rusia se verían reducidas, incrementando la posibilidad de una escalada que involucraría no solo a Europa, sino también a actores globales como China e Irán. China, en particular, ha sido un socio estratégico de Rusia, aunque ha evitado hasta ahora intervenir directamente en el conflicto. Un cambio en la dinámica militar podría obligar a Pekín, bajo el liderazgo de Xi Jinping, a tomar una postura más clara, ya sea apoyando a Rusia o facilitando negociaciones.

Por su parte, Irán ha suministrado drones a Rusia, y su apoyo podría intensificarse si ve que la guerra se inclina desfavorablemente para su aliado.

La posible autorización de misiles de largo alcance a Ucrania por parte de Estados Unidos representa un cambio significativo en la guerra ruso-ucraniana. De realizarse, marcaría una escalada que tendría consecuencias tanto en el campo de batalla como en la estabilidad geopolítica global. Sin embargo, la cautela mostrada por la administración Biden y otros actores clave dentro de la OTAN subraya el delicado equilibrio que sigue dominando la respuesta internacional a esta crisis.

Puntos Clave a Reconsiderar

De autorizarse la escalada del movimiento bélico, habría que reconsiderar algunos puntos clave para tener una perspectiva integral.

1. Impacto en las cadenas de suministro global

La guerra entre Rusia y Ucrania ha afectado significativamente las cadenas de suministro globales, especialmente en sectores clave como los metales y recursos críticos. Rusia es uno de los mayores exportadores mundiales de paladio (utilizado en catalizadores para automóviles y en productos electrónicos), con una producción de más de 2.6 millones de onzas en 2022, representando cerca del 37% del suministro global. Del mismo modo, Ucrania es un proveedor clave de neón y otros gases raros utilizados en la fabricación de semiconductores, particularmente para la industria tecnológica global. El neón ucraniano representaba el 50% del suministro global antes de la guerra. Estos metales y gases son esenciales en la producción de automóviles y dispositivos electrónicos, y su escasez ha generado aumentos de precios y retrasos en las cadenas de suministro globales.

En cuanto a los precios de los metales, el costo del paladio ha fluctuado significativamente desde el inicio de la guerra, alcanzando los 2,700 dólares por onza en marzo de 2022, antes de estabilizarse alrededor de los 1,200 dólares en 2023, aunque la volatilidad sigue siendo alta debido a las sanciones y restricciones comerciales.

2. Posicionamiento de la India y el Global South

India ha sido un actor clave en la reconfiguración del comercio energético tras la guerra. En 2023, las compras de petróleo ruso por parte de India aumentaron un 800%, convirtiéndola en el mayor comprador de crudo ruso, con 2 millones de barriles diarios. Este cambio ha permitido que Rusia siga obteniendo ingresos considerables de la exportación de energía, mientras que India aprovecha descuentos significativos, con el barril de crudo ruso vendiéndose hasta 30 dólares por debajo de los precios de referencia internacionales. Este comportamiento refleja cómo los países del Sur Global han tomado posturas pragmáticas, beneficiándose de las tensiones entre Rusia y Occidente sin alinearse completamente con uno u otro bando.

Además, este fenómeno resalta la creciente independencia geoeconómica de los países en desarrollo, que buscan maximizar sus beneficios frente a las sanciones impuestas por EE. UU. y la UE, mientras tratan de evitar unirse plenamente a la política de aislamiento contra Rusia.

3. Reestructuración de los mercados energéticos

La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado un cambio significativo en los mercados energéticos globales. Europa ha reducido drásticamente su dependencia del gas ruso, disminuyendo sus importaciones de gas natural desde Rusia en un 90% en comparación con 2021. Esto ha llevado a una diversificación acelerada hacia fuentes alternativas, como el gas natural licuado (GNL) proveniente de Estados Unidos y Catar. En 2023, Europa importó 56 millones de toneladas de GNL, un aumento del 60% con respecto al año anterior.

Por otro lado, Rusia ha fortalecido sus lazos energéticos con China, firmando acuerdos de largo plazo que incluyen la construcción de nuevos gasoductos como el Power of Siberia 2, que transportará 50 mil millones de metros cúbicos de gas natural anualmente hacia China. Este cambio es parte de una estrategia a largo plazo de Rusia para compensar la pérdida de mercado en Europa, reconfigurando las rutas comerciales hacia Asia.

4. Nuevas dinámicas de endeudamiento global

El aumento de las tasas de interés en las principales economías, en respuesta a la inflación generada por la guerra, ha afectado negativamente a las economías en desarrollo, muchas de las cuales dependen de financiamiento externo. Desde 2022, la Reserva Federal ha aumentado sus tasas en más de 500 puntos básicos, llevando las tasas de interés de referencia a un rango de 5.25%-5.5% en 2023. Este incremento ha encarecido los costos de endeudamiento para países emergentes, como Sri Lanka, Argentina y Zambia, que ya enfrentan crisis de deuda.

Según el Banco Mundial, la deuda externa de los países de ingresos bajos y medianos alcanzó los 9.3 billones de dólares en 2022, un aumento del 5.3% respecto al año anterior. Esto, junto con el endurecimiento de las condiciones de financiamiento global, podría desencadenar una nueva crisis de deuda en regiones vulnerables, exacerbando la desigualdad y dificultando la recuperación económica post-pandemia.

5. Efecto en las monedas emergentes

El fenómeno del carry trade ha jugado un papel crucial en el comportamiento de las monedas emergentes. Inversores han aprovechado la brecha entre las tasas de interés de EE. UU. y economías como México y Brasil, atrayendo capitales que buscan rendimientos más altos. En 2023, el peso mexicano se fortaleció más de un 17% frente al dólar, impulsado por la tasa de referencia del 11.25% establecida por el Banco de México, una de las más altas en las principales economías.

Sin embargo, una posible escalada del conflicto en Ucrania podría incrementar la volatilidad en los mercados emergentes, lo que generaría una salida de capitales en busca de refugios seguros, afectando negativamente a monedas como el peso mexicano o el real brasileño, que han sido beneficiadas por el carry trade. Este flujo de salida podría presionar aún más a las economías emergentes, reduciendo sus reservas internacionales y aumentando la volatilidad en sus mercados financieros.

6. Influencia de actores no estatales y el sector financiero

Los actores no estatales, como los fondos de inversión, también han ajustado sus estrategias debido a la guerra. Según datos de BlackRock, uno de los mayores administradores de activos del mundo, sus fondos relacionados con energía han visto un incremento del 15% en los flujos de inversión desde el inicio del conflicto. Inversionistas han reaccionado a la volatilidad del mercado energético global, invirtiendo en activos ligados al petróleo y gas, lo que ha incrementado los rendimientos de fondos con exposición a estos sectores.

Por otro lado, el costo del seguro marítimo para el transporte de crudo desde Rusia ha aumentado un 25% en 2023, según la Asociación Internacional de Seguros de Transporte Marítimo, lo que incrementa los costos operativos para las compañías que continúan comerciando con Rusia. Este aumento en las primas de seguros refleja la percepción de riesgo geopolítico en el mercado de transporte marítimo, lo que podría continuar elevando los precios de los bienes transportados a nivel global.

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La guerra entre Rusia y Ucrania ha desencadenado una serie de efectos geoeconómicos que van más allá del conflicto militar directo. Desde la interrupción de las cadenas de suministro globales de metales críticos hasta la reestructuración de los mercados energéticos y el impacto en las monedas emergentes, los actores internacionales se ven obligados a adaptarse a una nueva realidad económica. Las economías del Sur Global, como India, han emergido como actores estratégicos, mientras que las dinámicas de endeudamiento y el comportamiento de los fondos de inversión revelan cómo los riesgos geopolíticos están redefiniendo el panorama financiero.

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