El Auge de la Industria Armamentista: Beneficios y Controversias en la Sombra de la Guerra en Ucrania

Estados Unidos y Rusia Encabezan el Mercado Global de Armas, Mientras la Bolsa Se Dispara y las Preocupaciones Éticas Crecen

En medio del conflicto en Ucrania, Estados Unidos y Rusia emergen como gigantes de la industria armamentista global, liderando un mercado que se expande en las sombras de la guerra. Con Estados Unidos copando el 51% y Rusia el 18% del mercado, el aumento del gasto militar ha catapultado las acciones de las principales empresas de defensa en Wall Street y la bolsa rusa. 

Lockheed Martin, Boeing, Northrop Grumman, Raytheon y General Dynamics de EE. UU. acumulan un asombroso 416% de revalorización en la última década, mientras que las empresas rusas como Almaz-Antey, United Aircraft Corporation, Russian Helicopters, United Engine Corporation y Tactical Missiles Corporation han visto un aumento del 48.6% en sus ventas en el 2014. 

La guerra en Ucrania ha generado un aumento de la demanda y la inversión en la industria armamentista, especialmente de Estados Unidos y Rusia, principales exportadores del mundo. 

Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, Estados Unidos copa el 51% del mercado armamentístico mundial, mientras que Rusia ocupa el segundo lugar con el 18%. Ambos países incrementaron el gasto militar y la producción de armas en los últimos años, en parte debido a la guerra en Ucrania.  

Las acciones de la industria armamentista han subido en la bolsa tras el estallido del conflicto bélico, reflejando mayores beneficios por la venta de armas a Ucrania y a otros países aliados. 

Las cinco mayores empresas de Wall Street de armamento acumulan una revalorización media del 416% en los últimos diez años, y desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania han subido su cotización por valor de 24.000 millones de euros.  

La mayor empresa rusa del sector, Almaz-Antey, también aumentó su valor en 45% desde la invasión y sus beneficios se dispararon tras multiplicar la cartera de pedidos por el Gobierno ruso. 

Sin embargo, la guerra en Ucrania también ha generado críticas y preocupación por el impacto negativo que tiene la industria armamentista en el medio ambiente, los derechos humanos y la paz mundial. El papa Francisco culpó a las empresas del “martirio” del pueblo ucraniano y reconoció su frustración por que las iniciativas diplomáticas del Vaticano no hayan rendido frutos.  

Además, algunos inversores han optado por excluir las acciones de las empresas de defensa de sus carteras por motivos éticos o sociales. La Comisión Europea desarrolla una regulación que defina qué actividades económicas se consideran “verdes” para que la Unión Europea las pueda financiar.

Las principales empresas armamentistas de Estados Unidos son:

Lockheed Martin 

Es el mayor contratista militar de Estados Unidos y el líder mundial en la venta de armas y sistemas de defensa. Sus sectores de actividad incluyen la aeronáutica, misiles, helicópteros, sistemas de radar y tecnología espacial. 

Boeing 

Es el segundo mayor fabricante de armas del mundo y el principal proveedor de aviones comerciales y militares. Su división de defensa, espacio y seguridad se ocupa de la producción de aviones de combate, bombarderos, helicópteros, satélites, cohetes y sistemas de defensa antimisiles. 

Northrop Grumman 

Es el tercer mayor productor de armas del mundo y el principal proveedor de sistemas aeroespaciales y electrónicos para el gobierno de Estados Unidos. Sus áreas de negocio abarcan aviones no tripulados, radares, sensores, sistemas cibernéticos e inteligencia artificial.

Raytheon 

Es el cuarto mayor vendedor de armas del mundo y líder en la fabricación de misiles y sistemas integrados de defensa. Sus productos incluyen misiles aire-aire, aire-tierra, tierra-aire y tierra-tierra, así como sistemas de control de tráfico aéreo, radares, sensores y sistemas de guerra electrónica. 

General Dynamics 

Es el quinto mayor proveedor de armas del mundo y el principal fabricante de vehículos blindados, submarinos, buques de guerra y sistemas de comunicación militar. También produce aviones ejecutivos, sistemas de información y tecnología, productos y servicios marítimos. 

Estas cinco empresas sumaron ventas anuales conjuntas de 166 mil millones de dólares en 2019. Todas ellas son estadounidenses y han aumentado su facturación y su valor en bolsa en los últimos años debido al incremento del gasto militar y la demanda internacional de armamento.

Las principales empresas armamentistas de Rusia son:

Almaz-Antey 

Es el mayor productor de armas de Rusia y el undécimo del mundo. Se dedica a la fabricación de misiles y sistemas de defensa antiaérea y antimisiles. Sus ventas aumentaron un 23% en 2014, alcanzando los 9.200 millones de dólares. 

United Aircraft Corporation 

Es el segundo mayor fabricante de armas de Rusia y el decimocuarto del mundo. Agrupa a varias empresas del sector aeronáutico, tanto civil como militar. Sus ingresos ascendieron a 6.244 millones de dólares en 2014, con un crecimiento del 7,1%. 

Russian Helicopters 

Es el tercer mayor proveedor de armas de Rusia y el vigesimotercero del mundo. Se especializa en la producción de helicópteros militares y civiles, así como en su mantenimiento y reparación. Sus ventas se incrementaron un 16,3% en 2014, llegando a los 3.960 millones de dólares. 

United Engine Corporation 

Es el cuarto mayor productor de armas de Rusia y el vigesimosexto del mundo. Se encarga del diseño y la fabricación de motores para aviones, helicópteros, misiles y barcos. Sus ingresos fueron de 3.323 millones de dólares en 2014, con un aumento del 25,6%. 

Tactical Missiles Corporation

Es el quinto mayor fabricante de armas de Rusia y el trigésimo primero del mundo. Desarrolla y produce misiles aire-aire, aire-tierra, tierra-aire y tierra-tierra, así como bombas guiadas y sistemas electrónicos. Sus ventas se dispararon un 48,6% en 2014, alcanzando los 3.323 millones de dólares. 

Estas cinco empresas sumaron ventas anuales conjuntas de 26.050 millones de dólares en 20142. Todas ellas son rusas y han aumentado su facturación y su valor en bolsa en los últimos años debido al incremento del gasto militar y la demanda internacional de armamento.

El negocio de la guerra deriva en un florecimiento económico acompañado de una creciente preocupación ética y medioambiental, que plantea cuestionamientos profundos sobre el precio que el mundo paga por la expansión de esta industria en tiempos de conflicto.