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07 Oct
07Oct

La guerra en Ucrania es un tema muy complejo y delicado que involucra a muchos actores y factores. No es fácil dar una respuesta definitiva sobre si Estados Unidos y sus aliados se están quedando sin armas o ya se quedaron sin armas por ayudar a Ucrania, pero podemos analizar algunos datos al respecto.

Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han estado proporcionando a Ucrania armas, municiones, equipo, entrenamiento y asesoramiento militar. Sin embargo, también han enfrentado varios desafíos y limitaciones para hacerlo, tales como:

La oposición y las amenazas de Rusia, que considera la ayuda militar occidental como una provocación y una interferencia en sus asuntos internos.

La cautela y el pragmatismo de algunos países europeos, que temen una escalada del conflicto y una posible represalia rusa contra sus propios intereses o territorios.

La falta de voluntad política o popular de Estados Unidos y sus aliados para involucrarse directamente en una guerra con Rusia, que podría tener consecuencias impredecibles y catastróficas.

La escasez o el agotamiento de algunos recursos militares, especialmente los más avanzados o letales, que le darían a Ucrania una ventaja significativa sobre las fuerzas rusas.

Por ejemplo, según un artículo de BBC News Mundo, Estados Unidos ha enviado recientemente a Ucrania bombas de racimo, que son armas que contienen múltiples bombas explosivas llamadas submuniciones. Estas son muy mortíferas y están prohibidas en más de 100 países, por ser consideradas indiscriminadas e inhumanas. Sin embargo, el presidente Biden admitió que los ucranianos se están quedando sin munición y que estas bombas podrían ser su última opción para defenderse.

Otro ejemplo es el caso de los aviones de combate MiG-29, que Polonia ofreció enviar a Ucrania a través de una base de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Alemania. Sin embargo, este plan fue rechazado por el Pentágono, que argumentó que no apoyaba la transferencia de aviones de combate adicionales a la fuerza aérea ucraniana en este momento. Algunos analistas sugieren que esta decisión se debió a la presión de Rusia, que amenazó con tomar medidas más agresivas si se realizaba el envío.

Estos ejemplos muestran que Estados Unidos y sus aliados no han dejado de enviar armas a Ucrania, pero tampoco han podido o querido enviar las más efectivas o decisivas. Por lo tanto, se podría decir que se están quedando sin armas en el sentido de que no tienen muchas opciones disponibles o viables para cambiar el curso de la guerra. Sin embargo, también se podría decir que no se han quedado sin armas en el sentido de que siguen brindando algún tipo de apoyo militar a Ucrania, aunque sea limitado o insuficiente.

Un artículo de El País analiza las razones y las consecuencias de la escasez de armas en Estados Unidos, que afecta tanto al mercado interno como al externo. Según este artículo, la pandemia, las protestas sociales, las elecciones presidenciales y la guerra en Ucrania han disparado la demanda de armas en Estados Unidos, superando la capacidad de producción de los fabricantes. Esto ha provocado un desabastecimiento y un aumento de los precios, lo que dificulta el acceso a las armas tanto para los ciudadanos como para los aliados de Estados Unidos.

Un informe de la RAND Corporation, una organización de investigación y análisis sin fines de lucro, que evalúa las opciones y los riesgos de una intervención militar directa de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania. Según este informe, una intervención militar podría tener efectos positivos, como disuadir o detener la agresión rusa, proteger a los ucranianos y reafirmar el compromiso occidental con la seguridad europea. Sin embargo, también podría tener efectos negativos, como provocar una escalada del conflicto, generar una reacción violenta interna o externa, o erosionar la credibilidad o la cohesión de Estados Unidos y la OTAN.

Otro artículo, de The New York Times explica cómo Estados Unidos y sus aliados han estado avanzando hacia las fronteras rusas, mediante el despliegue de tropas, equipos y ejercicios militares en países como Polonia, Rumania, Bulgaria o Georgia. Según la publicación, este avance tiene como objetivo mostrar solidaridad con Ucrania y disuadir a Rusia de una mayor agresión. Sin embargo, también reconoce que este avance podría ser percibido por Rusia como una amenaza para su seguridad nacional y su esfera de influencia.

Estados Unidos y sus aliados enfrentan el desafío de abastecer a Ucrania de armas para enfrentar a Rusia. La oposición rusa, la cautela europea y los dilemas estratégicos limitan las opciones efectivas de ayuda militar. La escasez de armas, exacerbada por la demanda interna y externa en Estados Unidos, ha creado dificultades adicionales para proporcionar el apoyo necesario.

Se ha evaluado la posibilidad de intervención militar directa, mostrando los riesgos y beneficios involucrados. Los avances militares cerca de las fronteras rusas demuestran la solidaridad con Ucrania, pero también plantean la amenaza de una escalada. La situación es compleja, requiere decisiones cuidadosas y estratégicas para abordar una crisis geopolítica en evolución.

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