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05 Nov
05Nov

¿El conflicto Palestina-Israel es la cortina de "humo" perfecta para destruir Irán, de una vez por todas?

Un posible ataque de Estados Unidos a Irán tendría graves consecuencias para la estabilidad y la seguridad de Medio Oriente y el mundo. Hay variables y muchos factores que podrían influir en el desarrollo y  desenlace de una confrontación de tal magnitud.

 Las opiniones sobre la hipótesis de que la guerra entre Palestina e Israel es una cortina de "humo" para que Estados Unidos ataque a Irán, difieren. Lo que sí parece claro es que una guerra entre ambas naciones  sería una catástrofe para la paz y la humanidad.

Algunos analistas consideran que Estados Unidos está aprovechando la crisis en Gaza para desviar la atención de su plan de atacar las instalaciones nucleares de Irán, que considera una amenaza para su seguridad y la de Israel. Estos analistas creen que Estados Unidos tiene el apoyo de algunos países árabes, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que también temen el poderío iraní en la región.

Otros opinan que Estados Unidos no tiene intención de atacar a Irán, sino que busca presionar al país persa para que vuelva a negociar el acuerdo nuclear, que fue abandonado por el expresidente Donald Trump en 2018 y que, el actual presidente Joe Biden, quiere reactivar. Estos analistas piensan que Estados Unidos quiere evitar una guerra con Irán, que tendría graves consecuencias para la estabilidad y la seguridad de Oriente Medio y del mundo.

Hay quienes sostienen que la guerra entre Palestina e Israel no es una cortina de "humo", sino una consecuencia de la política estadounidense en la región, que ha favorecido al Estado judío y marginado a los palestinos. Estos, afirman que Estados Unidos ha sido incapaz de promover una solución pacífica y justa al conflicto, que reconozca el derecho de ambos pueblos a vivir en paz y seguridad dentro de sus propias fronteras.

Escenarios bélico-geopolíticos

Algunos de los posibles escenarios que podrían presentarse en un enfrentamiento entre Estados Unidos e Irán serían los siguientes: 

  • Irán respondería con fuerza a cualquier agresión estadounidense, utilizando sus misiles balísticos, sus fuerzas navales y sus aliados regionales, como Hezbollah, las milicias chiitas en Iraq y Siria, los hutíes en Yemen y Hamas en Gaza, para atacar a las bases, los buques y los intereses de Estados Unidos e Israel en la zona.
  • Una guerra entre Estados Unidos e Irán podría provocar una escalada de violencia sectaria entre suníes y chiíes en varios países, como Iraq, Líbano, Siria, Bahrein y Arabia Saudita, donde existen tensiones y conflictos latentes.
  • En otro escenario de guerra se podría afectar al suministro y el precio del petróleo, ya que Irán podría intentar bloquear el estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del comercio mundial de crudo, o atacar las instalaciones petroleras de sus rivales regionales, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
  • Un enfrentamiento entre ambas naciones podría alterar el equilibrio de poder en la región y el mundo, ya que otros actores, como Rusia, China, Turquía y la Unión Europea, podrían intervenir o mediar de diferentes formas, buscando proteger sus intereses o influir en el resultado del conflicto.

Fuerza militar desplegada en el mar Mediterráneo

Por otro lado, es importante considerar la fuerza militar estadounidense desplegada en el mar Mediterráneo. ¿Para qué tan descomunal fuerza? ¿para apoyar a Israel en su guerra contra Hamas, en Palestina? ¿Necesita Israel semejante poderío bélico para pelear contra un grupo de paramilitares que no llega a ejército regular?.

Estados Unidos está desplegando una gran fuerza militar en el mar Mediterráneo para apoyar a Israel en el conflicto con Palestina, disuadir a Irán y otros actores regionales. Algunos de los elementos que ya componen esta fuerza son:

  • El grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford, que incluye al ala aérea embarcada, un escuadrón de destructores y el crucero de misiles USS Normandy. Este grupo cuenta con más de 75 aeronaves de última generación y sistemas de lanzamiento de misiles guiados Mk 291.
  • El grupo de ataque del portaaviones USS Dwight D. Eisenhower, que incluye al ala aérea embarcada, un escuadrón de destructores y un crucero de misiles USS Monterey. Este grupo cuenta con más de 70 aeronaves y sistemas de defensa antimisiles Aegis.
  • El buque de mando y control USS Mount Whitney (nave insignia de la Sexta Flota de EE.UU). Este tiene capacidad para coordinar operaciones navales, aéreas y terrestres en la región.
  • Las fragatas de la Armada italiana ITS Virginio Fasan e ITS Carlo Margottini, que se han unido a los grupos de ataque de los portaaviones estadounidenses para realizar ejercicios conjuntos y bilaterales.
  • Varios aviones de combate F-16, F-15 y A-10, que se han mantenido o reubicado en la zona para reforzar las capacidades aire-aire y aire-tierra de EE.UU. y apoyar a Israel en caso de necesidad.
  • Fuerzas especiales y de evacuación, que estarían preparadas para intervenir en caso de que se produjera una escalada de la violencia o se pusiera en peligro la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en Israel o en otros países de la región.
  • Se estima que más de 11.000 efectivos estadounidenses participan en este despliegue militar, que representa la mayor concentración de buques de guerra estadounidenses en el Mediterráneo oriental en décadas.

El propósito del despliegue estadounidense

No hay una certeza absoluta sobre las intenciones de Estados Unidos ni sobre las posibles reacciones de Irán o de otros actores regionales. Lo que sí parece claro es que la situación es muy delicada y que cualquier error o provocación podría desencadenar una escalada de violencia con consecuencias impredecibles.

Algunos posibles propósitos estadounidenses son:

  • Mostrar su apoyo a Israel y su capacidad de responder a cualquier amenaza de Irán o sus aliados en la región, como Hezbolá o las milicias chiitas en Irak.
  • Busca presionar a Irán para que vuelva a negociar el acuerdo nuclear, que fue abandonado por el expresidente Donald Trump en 2018 y que el actual presidente Joe Biden quiere reactivar.
  • Prepararse para un posible ataque preventivo contra las instalaciones nucleares de Irán, si considera que este país está cerca de obtener armas atómicas.
  • Intenta evitar la extensión del conflicto entre Israel y Palestina a otros países vecinos, como Líbano, Siria o Jordania, que podrían verse arrastrados por la violencia o la presión de sus poblaciones.

No hay una certeza absoluta sobre las intenciones de Estados Unidos ni sobre las posibles reacciones de Irán o de otros actores regionales en el marco del conflicto Israel-Palestina. Este análisis solo intenta acercarse a los posibles escenarios beligerantes. Lo que sí parece claro es que la situación es muy delicada y que cualquier error o provocación podría desencadenar una escalada de violencia con consecuencias impredecibles.

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