América Latina como esfera de influencia
El término "patio trasero" ha sido ampliamente utilizado para referirse a América Latina como una esfera de influencia de Estados Unidos. Históricamente, esta región ha sido considerada estratégica para los intereses norteamericanos debido a su proximidad geográfica y sus recursos naturales.
La influencia de Estados Unidos en América Latina ha sido ejercida a través de diversas formas, como la imposición de políticas económicas, la promoción de líderes afines y la intervención militar en casos específicos; influencia que ha justificado en ocasiones en nombre de la democracia y los derechos humanos en la región.
Durante la primera mitad del siglo XX, el desarrollo de los países latinoamericanos estuvo fuertemente marcado por la presencia y el fortalecimiento de los Estados Unidos de América como un imperio capitalista. En concreto, los norteamericanos se aseguraron de obtener recursos naturales, implementaron industria pesada, controlaron rutas estratégicas, consiguieron fuerza de trabajo barata, conquistaron mercados de consumo y afianzaron el dominio sobre las transacciones financieras. En materia económica, la penetración del capital estadounidense se logró a través de bancos como la “National City Bank” que tenía ya en 1926 un total de 42 sucursales en nueve países y la creación de Bancos Centrales. Estos bancos y otros más, se dedicaron a prestar dinero para financiar obras públicas y actividades productivas. En la década de 1920, los Estados Unidos invirtieron 5000 millones de dólares (una tercera parte de sus inversiones mundiales) en América Latina, dónde cinco países recibieron más de tres cuartas partes: Cuba, Argentina, Chile, México y Brasil (Portal Académico https://shre.ink/2pKj).
En los últimos años, la creciente influencia de China en América Latina y el Caribe ha representado una preocupación para Estados Unidos. "El Gigante Asiático" se ha convertido en un importante socio comercial y ha aumentado su presencia en la región a través de inversiones en infraestructura, energía, minería y tecnología. Su presencia ha sido vista por Estados Unidos como una amenaza a su dominio tradicional en la región y a su capacidad para ejercer influencia en los asuntos internos de los países latinoamericanos.
La preocupación de Estados Unidos se basa en dos aspectos principales. En primer lugar, la creciente influencia de China podría debilitar la posición de Estados Unidos como potencia dominante en América Latina y erosionar su capacidad para ejercer presión política y económica en la región. Esto se debe a que China ofrece una alternativa a la dependencia histórica de los países latinoamericanos de Estados Unidos como socio comercial y fuente de inversiones.
En segundo lugar, Estados Unidos argumenta que la influencia china en la región podría socavar los valores democráticos y los derechos humanos. Sin embargo, es importante destacar que en muchas ocasiones, los Estados Unidos han utilizado estos conceptos como pretextos para imponer sanciones económicas o incluso llevar a cabo intervenciones militares en países que no se someten a sus mandatos.
En América Latina, Estados Unidos ha intervenido en varios golpes de estado destinados a reemplazar a los líderes de izquierda por regímenes de derecha, generalmente militares y autoritarios. Algunos ejemplos son (Wikipedia https://shre.ink/2plZ, La Izquierda Diario https://shre.ink/2plC):
Argentina: En 1976, las fuerzas militares derrocaron a la presidenta Isabel Perón elegida democráticamente en el golpe de Estado argentino de 1976, iniciando la dictadura militar del general Jorge Rafael Videla, conocida como el Proceso de Reorganización Nacional, que resultó en alrededor de 30000 desapariciones forzadas.
Bolivia: El gobierno de Estados Unidos apoyó el golpe de Estado de 1971 encabezado por el general Hugo Banzer que derrocó al gobierno militar de Juan José Torres.
Brasil: En 1964, el presidente brasileño de izquierda João Goulart fue derrocado en un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos que instaló un gobierno militar que se mantuvo en el poder hasta la década de 1980.
Chile: En 1973, el presidente chileno Salvador Allende fue derrocado en un golpe de Estado apoyado por Estados Unidos que instaló una dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet.
Bajo la administración Biden, Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para contener la creciente influencia de China en su "patio trasero". Ha buscado fortalecer lazos con aliados y socios en la región, promoviendo la cooperación en temas como la seguridad, el desarrollo económico y la gobernabilidad.
Además, Estados Unidos ha presionado para desvincularse de China en tecnologías emergentes, como lo demuestra la reciente prohibición de exportación de chips avanzados, lo que ha generado la furia de Beijing. Esta medida busca frenar el avance tecnológico chino y evitar su dominio en sectores clave, como la inteligencia artificial y las telecomunicaciones.
Sin embargo, es importante señalar que la creciente influencia de China en América Latina también tiene sus beneficios. Ha proporcionado oportunidades de desarrollo económico para la región y ha contribuido a diversificar las opciones de cooperación internacional. En este sentido, los países latinoamericanos también han buscado mantener un equilibrio entre sus relaciones con Estados Unidos y China, aprovechando las oportunidades que ambos actores ofrecen.
La creciente influencia de China en América Latina y el Caribe representa una preocupación para Estados Unidos en términos de su dominio en la región y la promoción de sus intereses políticos y económicos. La administración Biden ha buscado fortalecer la presencia de Estados Unidos en su "patio trasero" y ha empleado medidas para contener la influencia china. Sin embargo, es importante considerar los beneficios y desafíos que esta creciente influencia puede traer para América Latina, y cómo los países de la región pueden aprovechar estas oportunidades de manera equilibrada.