La campaña electoral en Estados Unidos para 2024 se desarrolla en un ambiente marcado por la violencia política, con un segundo intento de atentado contra Donald Trump que ha expuesto fallos de seguridad en el Servicio Secreto. Las encuestas reflejan una contienda reñida entre Trump y Kamala Harris, con la balanza inclinándose hacia Harris tras un debate en el que Trump fue puesto en situaciones incómodas. A pesar de esto, la base de apoyo a Trump sigue siendo sólida, lo que genera incertidumbre sobre el resultado final.
El clima electoral ha disparado los crímenes de odio en EE.UU. y aumentado los temores de disturbios post-electorales. A nivel global, el resultado de las elecciones afectará temas como el conflicto en Ucrania, la paz en Medio Oriente y la relación comercial con México, país que depende de EE.UU. en aproximadamente el 80% de sus exportaciones. Las repercusiones económicas son palpables: la inflación y el aumento de los precios de bienes esenciales, exacerbados por la guerra en Ucrania, han afectado severamente a la población estadounidense. En el ámbito electoral, temas como la inmigración y el comercio con México están bajo la lupa.
Por su parte, México observa de cerca esta dinámica electoral, ya que un endurecimiento de las políticas arancelarias y migratorias por parte de EE.UU. podría impactar directamente en su competitividad. La relación comercial, marcada por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), se enfrenta a una revisión en 2026 que podría alterar los términos del intercambio bilateral. Además, la futura presidenta electa, Claudia Sheinbaum, deberá reconstruir relaciones con EE.UU. para garantizar la estabilidad política y económica de su país en un contexto global cada vez más incierto.
El futuro de Estados Unidos tras las elecciones de 2024 no solo determinará su estabilidad interna, sino también su papel en el escenario internacional, con implicaciones directas para México y el equilibrio geopolítico mundial. Con un clima político cada vez más tenso, las estrategias de los candidatos en los próximos debates (si los hubiera) y la resolución de temas clave como la economía y la inmigración serán decisivos para definir el rumbo de ambos países.