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03 Dec
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Diplomacia, Petróleo y Tensiones Internacionales en el Conflicto Territorial entre Venezuela y Guyana

El Esequibo es una región de 159.542 kilómetros cuadrados que se extiende desde el río Esequibo hasta la frontera con Brasil y que representa el 70% del territorio de Guyana. Sin embargo, Venezuela reclama esta zona como parte de su soberanía desde hace casi dos siglos, alegando que el acuerdo que la cedió al Reino Unido en 1899 fue nulo y fraudulento. Esta disputa territorial ha generado tensiones diplomáticas, militares y económicas entre ambos países, especialmente en los últimos años, cuando se descubrieron importantes yacimientos de petróleo en el mar frente a las costas del Esequibo.

Territorio del Esequibio en disputa

Origen del conflicto

El origen del conflicto se remonta a la época colonial, cuando el Esequibo era controlado por el imperio español y luego por el holandés, que se lo cedió al Reino Unido en 1814. En 1777, el Esequibo formó parte de la Capitanía General de Venezuela, que luego se independizó y se integró a la Gran Colombia en 1819. En ese momento, Reino Unido reconoció el río Esequibo como el límite oriental de Venezuela.

En 1840, el explorador británico Robert Schomburgk trazó una línea que reclamaba unos 80.000 kilómetros cuadrados más para Reino Unido, lo que provocó la protesta del presidente venezolano José Antonio Páez, que pidió la intervención de Estados Unidos.

En 1895, Estados Unidos presionó a Reino Unido para que aceptara un arbitraje internacional para resolver la disputa, que se llevó a cabo en París en 1899. El resultado fue favorable al Reino Unido, que se quedó con el Esequibo, mientras que Venezuela solo recibió una pequeña franja de tierra al oeste del río. La otrora Tierra de Gracia denunció que el laudo fue arbitrario y viciado, ya que no tuvo representación directa ni acceso a los documentos del caso.

Evolución del conflicto

En 1966, antes de la independencia de Guyana, Venezuela y Reino Unido firmaron el Acuerdo de Ginebra, que reconoció la existencia de una controversia territorial y estableció una comisión mixta para buscar una solución pacífica y satisfactoria para ambas partes. Sin embargo, la comisión no logró ningún avance y el conflicto se mantuvo latente. 

En 1970, Venezuela y Guyana firmaron el Protocolo de Puerto España, que congeló la reclamación venezolana por 12 años, pero que no fue renovado en 1982. Desde entonces, Venezuela ha reiterado su reclamo sobre el Esequibo y ha rechazado cualquier intento de Guyana de ejercer su soberanía sobre la zona.

En 1987, Venezuela publicó un mapa que incluía el Esequibo como parte de su territorio, lo que generó una fuerte reacción de Guyana, que lo consideró una amenaza a su integridad territorial. En 1990, ambos países reanudaron el diálogo y acordaron buscar una solución negociada bajo los auspicios del secretario general de la ONU. Sin embargo, las conversaciones no han producido resultados concretos y el conflicto se ha agudizado en los últimos años por el hallazgo de petróleo en el mar del Esequibo.

Impacto del petróleo

En 2015, la empresa estadounidense ExxonMobil anunció el descubrimiento de un gran yacimiento de petróleo en el bloque Stabroek, ubicado en el mar frente a las costas del Esequibo. Desde entonces, ha realizado más de una docena de hallazgos que suman más de 9.000 millones de barriles de crudo recuperable, lo que podría convertir a Guyana en uno de los mayores productores de petróleo de la región. Venezuela ha rechazado estas exploraciones y ha acusado a Guyana de violar su soberanía y de aliarse con Estados Unidos para despojarla de sus recursos naturales.

En 2018, Guyana solicitó a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que confirmara la validez del laudo de 1899 y que declarara que el Esequibo le pertenece. Venezuela se negó a participar en el proceso y afirmó que la CIJ no tiene jurisdicción para resolver el caso, que debe ser tratado por medios políticos y diplomáticos. En diciembre de 2020, la CIJ se declaró competente para conocer el fondo del asunto y fijó un plazo para que las partes presenten sus argumentos escritos. Venezuela rechazó la decisión de la CIJ y reiteró su disposición a negociar con Guyana bajo el marco del Acuerdo de Ginebra.

Escalada de tensiones

En enero de 2021, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, emitió un decreto que creó una nueva zona marítima denominada “Territorio para el desarrollo de la Fachada Atlántica”, que abarca las aguas del Esequibo y que busca “salvaguardar” los derechos de Venezuela sobre el área. Guyana calificó el decreto de “ilegal” y de “amenaza a la paz regional”. Pocos días después, la armada venezolana interceptó y detuvo a dos barcos pesqueros guyaneses que operaban en el mar del Esequibo, lo que provocó una fuerte protesta de Guyana, que acudió a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la Comunidad del Caribe (Caricom) para denunciar la “agresión” de Venezuela. La OEA y la Caricom condenaron la acción de Venezuela y exigieron la liberación de los barcos y sus tripulantes, que finalmente fueron liberados el 30 de enero.

El conflicto entre Venezuela y Guyana por el Esequibo tiene implicaciones geopolíticas, económicas y ambientales. Por un lado, involucra a potencias como Estados Unidos, Reino Unido y China, que tienen intereses en la región y que apoyan a una u otra parte. Por otro lado, afecta el desarrollo y la estabilidad de ambos países, que atraviesan situaciones políticas, sociales y económicas complejas. También, pone en riesgo la biodiversidad y los recursos naturales de la región, que alberga una gran variedad de ecosistemas y especies, así como a comunidades indígenas y afrodescendientes que la habitan.

Disputa por el territorio del Esequibio

El papel de EE. UU., Reino Unido, China, Brasil y Rusia

El papel de las potencias en el conflicto entre Venezuela y Guyana es complejo y variado:

Estados Unidos: Es el principal aliado de Guyana. Tiene intereses económicos y estratégicos en la región. Apoya las exploraciones petroleras de ExxonMobil en el mar del Esequibo y ha enviado tropas y equipos militares para realizar ejercicios conjuntos y brindar asistencia humanitaria. También ha impuesto sanciones y presiones diplomáticas a Venezuela para que reconozca la competencia de la CIJ y abandone su reclamo.

Reino Unido: Es el antiguo colonizador de Guyana y el responsable del laudo de 1899 que le otorgó el Esequibo. Mantiene una posición favorable a Guyana y ha respaldado su demanda ante la CIJ. También ha ofrecido cooperación técnica y financiera a Guyana para el desarrollo de su sector energético.

China: Es el principal socio comercial de Venezuela y uno de sus principales acreedores. Tiene inversiones en el sector petrolero venezolano y ha brindado apoyo político y económico al gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, también ha mostrado interés en el potencial petrolero de Guyana y ha establecido relaciones comerciales y diplomáticas con este país. Su posición sobre el conflicto es ambigua y pragmática.

Brasil: Es el vecino más grande y poderoso tanto de Venezuela como de Guyana. Tiene una larga frontera con ambos países y una importante presencia económica y cultural en la región. Su posición sobre el conflicto es equilibrada y respetuosa del derecho internacional. Ha reforzado su presencia militar en el norte del país para prevenir posibles incidentes fronterizos y ha ofrecido su mediación para facilitar el diálogo entre las partes.

Rusia: La posición del Kremlin es de apoyo a Venezuela y de respeto al Acuerdo de Ginebra de 1966, que establece la búsqueda de una solución pacífica y satisfactoria para las partes en conflicto. Moscú considera que la CIJ no tiene jurisdicción para resolver el caso y que el mismo debe ser tratado por medios políticos y diplomáticos.

Rusia es un aliado estratégico de Venezuela y ha brindado su respaldo político, económico y militar al gobierno de Nicolás Maduro, especialmente ante las sanciones y presiones de Estados Unidos. Rusia también tiene intereses en el sector petrolero venezolano y ha participado en proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos en el país sudamericano.

Moscú ha manifestado su preocupación por la escalada de tensiones entre Venezuela y Guyana por el Esequibo y ha instado al diálogo y la cooperación entre los dos países vecinos. Rusia ha rechazado cualquier injerencia externa o amenaza al uso de la fuerza en el conflicto y ha abogado por el respeto al derecho internacional y a la soberanía de los Estados.

Consecuencias de una guerra en Sudamérica

Un enfrentamiento militar entre Venezuela y Guyana por el Esequibo tendría graves consecuencias para los países sudamericanos y para Estados Unidos, tanto en el plano político, económico, social y ambiental.

Consecuencias políticas: Un conflicto armado entre las partes podría desestabilizar la región generando una crisis humanitaria y migratoria. Además, podría involucrar a otros actores internacionales, como Estados Unidos, Reino Unido, China y Rusia, que tienen intereses e influencia en la zona. Esto podría aumentar la tensión y el riesgo de una escalada militar o de una guerra por proxy (que involucra indirectamente a terceros Estados).

Consecuencias económicas: Un enfrentamiento abierto entre Venezuela y Guyana podría afectar el desarrollo y la explotación de los recursos naturales del Esequibo, especialmente el petróleo, que representa una fuente de ingresos y de inversión para ambos países. Además, podría afectar el comercio y la integración regional, así como la seguridad energética y alimentaria de los países sudamericanos.

Consecuencias sociales: La guerra entre ambas partes podría provocar la pérdida de vidas humanas, el desplazamiento de poblaciones, la violación de derechos humanos y el aumento de la pobreza y la desigualdad. Además, podría exacerbar los problemas sociales y políticos que ya enfrentan los dos países, como la crisis humanitaria, la hiperinflación, la escasez, la corrupción, la represión y la polarización.

Consecuencias ambientales: En este caso, los combates entre Venezuela y Guyana podrían dañar la biodiversidad y los ecosistemas del Esequibo, que alberga una gran variedad de especies y de recursos hídricos, forestales y minerales. Además, podría generar contaminación, deforestación, desertificación y cambio climático, que afectarían la salud y el bienestar de las poblaciones y de las comunidades indígenas y afrodescendientes que habitan la zona.

Balanceando Riesgos y Oportunidades en Medio de la Disputa del Esequibo

La disputa histórica y estratégica en torno al Esequibo ha evolucionado a lo largo de los años, involucrando a potencias globales y afectando tanto a Venezuela como a Guyana. Desde los orígenes coloniales hasta el descubrimiento de vastos yacimientos de petróleo, el conflicto ha generado tensiones diplomáticas, económicas y ambientales. Con el papel de actores clave como Estados Unidos, Reino Unido, China, Brasil y Rusia, la región se encuentra en una encrucijada crucial.

La escalada de tensiones recientes, marcada por el hallazgo petrolero y acciones militares, subraya la necesidad de una solución pacífica. La participación de la Corte Internacional de Justicia y la postura de diversos países en el escenario internacional añaden complejidad al panorama. Las consecuencias de un conflicto armado serían desastrosas, afectando no solo a los países directamente involucrados, sino también a la estabilidad política, económica, social y ambiental de toda Sudamérica.

En este contexto, es imperativo buscar vías diplomáticas y de diálogo para resolver la disputa. La cooperación regional, con la mediación de organismos internacionales, puede ofrecer una salida a un conflicto que amenaza con desencadenar consecuencias catastróficas. Mientras persisten los riesgos, también existe la oportunidad de transformar esta crisis en un punto de inflexión para el desarrollo sostenible, la preservación ambiental y la construcción de relaciones más sólidas entre naciones vecinas.

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