Consecuencias y Medidas Preventivas
Brais Capilllas
En los informes económicos más recientes, ha surgido la posibilidad de que Estados Unidos haya entrado en una fase de lo que se denomina "recesión técnica", caracterizada por dos trimestres consecutivos de contracción económica.
Durante el segundo trimestre del presente año, el Producto Interno Bruto (PIB) anualizado de Estados Unidos experimentó una disminución del 0,9%, a lo que se suma la caída del 1,6% que se registró en el primer trimestre. No obstante, las autoridades estadounidenses se encuentran a la espera de datos adicionales que permitan confirmar la existencia de esta tendencia recesiva en la economía.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha rechazado las aseveraciones que apuntan a una recesión en el país y ha destacado un robusto crecimiento en el empleo y una revitalización del sector manufacturero. Aunque existen opiniones divididas al respecto, resulta de vital importancia analizar las causas subyacentes de esta situación y evaluar su potencial impacto en otras naciones, especialmente en el caso de México.
Conforme a un reporte de la BBC, Estados Unidos se encuentra inmerso en una compleja coyuntura económica. La economía más grande del mundo ha experimentado una contracción durante dos trimestres consecutivos, lo que técnicamente se define como una "recesión técnica". Varios factores han contribuido a este panorama, tales como la disminución de la inversión empresarial, el deterioro del mercado inmobiliario y la construcción, la desaceleración del gasto por parte de los consumidores y la reducción de los ingresos ajustados por inflación, según los datos publicados por el Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Estos indicadores preocupantes de recesión emergen en un contexto de inflación sin precedentes, con un incremento del 9,1%, la cifra más alta en los últimos cuarenta años. Adicionalmente, se ha observado un rápido aumento en las tasas de interés, junto con una contracción en el crecimiento económico, lo que genera una profunda inquietud.
Si Estados Unidos efectivamente entra en recesión, esto podría tener repercusiones significativas en México y otras naciones, dado que Estados Unidos representa un socio comercial fundamental para muchas de ellas. En lo que concierne específicamente a México, existen varias áreas que podrían verse afectadas:
1. Exportaciones: Las exportaciones de México hacia Estados Unidos podrían decrecer debido al debilitamiento de la economía estadounidense.
2. Remesas: Los montos enviados en concepto de remesas podrían disminuir, puesto que con frecuencia provienen de trabajadores mexicanos en Estados Unidos. La reducción de las remesas podría incidir negativamente en el consumo y la economía doméstica en México.
3. Inversiones: Una recesión en Estados Unidos también podría repercutir en el tipo de cambio y en las inversiones. El endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) hará más atractiva la inversión en dólares, lo que fortalecerá la moneda estadounidense en comparación con monedas emergentes como el peso mexicano.
Para afrontar una eventual recesión o desaceleración económica en Estados Unidos, México y otros países en vías de desarrollo deben fortalecer sus fundamentos macroeconómicos, reducir los déficits y elevar las tasas de interés con el propósito de contar con un "colchón" que amortigüe las posibles salidas de capital.
Es imperativo considerar que estos efectos son hipotéticos y que su magnitud dependerá de diversos factores, como la duración y gravedad de la recesión en Estados Unidos, así como de las políticas económicas implementadas por los gobiernos de estos países para mitigar los impactos adversos.
En la actualidad, México no se encuentra en una situación de recesión económica. De hecho, la economía mexicana ha registrado un crecimiento del 2,8% al inicio del año 2023, según el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE). La actividad industrial ha sido el principal motor de este avance. Asimismo, en el primer trimestre de 2023, la economía mexicana experimentó un crecimiento del 1,1% en comparación con el último trimestre del año anterior. No obstante, existen desafíos y riesgos a los que se enfrenta la economía mexicana, tales como la eventual recesión en Estados Unidos y las presiones inflacionarias.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de desempleo en México se redujo al 2,7% en el primer trimestre de 2023, lo que representa una disminución de 0,8 puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año anterior. No obstante, en julio de 2023, la tasa de desempleo en México aumentó al 3,1% de la Población Económicamente Activa (PEA) en comparación con el mes anterior.
Aunque se plantea la posibilidad de una recesión técnica en Estados Unidos, resulta esencial aguardar a la obtención de más datos para confirmar esta situación. En caso de corroborarse, México y otros países podrían verse afectados en áreas como las exportaciones, las remesas y las inversiones. Para mitigar los posibles impactos, México debe reforzar sus fundamentos macroeconómicos y estar preparado para enfrentar una eventual desaceleración económica en Estados Unidos.