China es actualmente el principal motor del comercio global, consolidando su lugar como el mayor exportador mundial. En 2022, sus exportaciones alcanzaron un asombroso valor de 3.6 billones de dólares estadounidenses, lo que subraya su relevancia en la economía internacional. El enorme volumen de las exportaciones no solo coloca al gigante asiático como líder, sino que también refuerza su influencia geopolítica, dado el impacto que tiene en los mercados de sus principales socios comerciales.
El portafolio de productos exportados por China cubre una amplia gama de sectores. Los más destacados en 2022 fueron:
Maquinaria eléctrica y equipos: Con un valor exportado de 899 mil millones de dólares, China domina en la exportación de dispositivos como teléfonos y equipos de telecomunicaciones. Esto fortalece su control sobre cadenas de suministro críticas, influyendo en las dinámicas comerciales globales.
Maquinaria, incluyendo computadoras: Las exportaciones en este sector alcanzaron 512 mil millones de dólares, reafirmando la posición de China como el principal proveedor de tecnología y equipos industriales a nivel global.
Vehículos: Este sector aportó 192.7 mil millones de dólares, marcando un crecimiento constante en la fabricación y exportación de automóviles, con un enfoque en la producción de vehículos eléctricos.
Plásticos y artículos de plástico: Las exportaciones de productos plásticos alcanzaron los 132.5 mil millones de dólares, posicionando a China como uno de los principales proveedores mundiales de este insumo clave.
Muebles, ropa de cama, iluminación y edificios prefabricados: Este segmento registró 121 mil millones de dólares, evidenciando la fuerte presencia de China en bienes de consumo.
Artículos de hierro o acero: Con exportaciones de 97.9 mil millones de dólares, China continúa siendo un jugador clave en la industria del acero.
Juguetes y juegos: Las exportaciones en esta categoría alcanzaron los 89.1 mil millones de dólares, mostrando el alcance de la industria manufacturera de consumo china.
China ha consolidado relaciones comerciales con varias potencias globales. En términos de exportaciones, sus principales socios en 2022 fueron Estados Unidos, Hong Kong, Japón, Vietnam y Corea del Sur; en tanto que por el lado de las importaciones, lo fueron Japón, Corea del Sur, Estados Unidos, Australia y Alemania.
Estas relaciones bilaterales son clave para mantener el flujo de bienes y juegan un papel crucial en la estabilidad económica tanto de China como de sus socios comerciales. La cooperación comercial con Estados Unidos, a pesar de las tensiones políticas, sigue siendo de vital importancia, representando una interdependencia económica significativa entre las dos mayores economías del mundo.
La Expansión Geopolítica de China a Través del Comercio
La influencia económica de China, potenciada por su poder exportador y sus relaciones comerciales estratégicas, ha reforzado su rol en la geopolítica global. Con sectores clave como la tecnología, maquinaria y manufactura liderando sus exportaciones, y un comercio robusto con grandes economías, China está en una posición dominante para modelar las dinámicas comerciales internacionales. Este poder económico también le otorga una posición estratégica en negociaciones multilaterales y en la configuración del orden económico global. A medida que avanza, su capacidad para proyectar poder más allá de sus fronteras seguirá siendo un tema crucial en la geopolítica del siglo XXI.
Fuentes: World's Top Exports, The Observatory of Economic Complexit y Statista.
China enfrenta varios desafíos estructurales que podrían frenar su crecimiento económico en las próximas décadas. Uno de los más serios es el envejecimiento poblacional. Según el Banco Mundial, en 2021 la tasa de fertilidad en el país asiático era de solo 1.16 hijos por mujer, muy por debajo del umbral de reemplazo poblacional (2.1). Esto implica que para 2040, más del 25% de la población china será mayor de 65 años de edad, lo que ejercerá presión sobre el sistema de pensiones y los servicios de salud.
En el sector inmobiliario, la deuda de empresas como Evergrande, que tiene una deuda de más de 300 mil millones de dólares, ha llevado a una crisis de liquidez que afecta a todo el sector. A esto se suman las tensiones comerciales con Estados Unidos, que han llevado a la imposición de aranceles sobre bienes chinos por valor de 550 mil millones de dólares desde 2018, afectando sectores clave como el de alta tecnología.
En respuesta a la dependencia global de productos chinos, muchas economías están adoptando estrategias de friend-shoring y nearshoring. En 2022, Apple anunció su intención de trasladar parte de su producción de iPhones a India y Vietnam, dos países que se están beneficiando de esta reconfiguración de las cadenas de valor. Este movimiento no es aislado; según un informe del Boston Consulting Group, se espera que para 2025 más del 20% de las empresas globales trasladen parte de su producción fuera de China. El nearshoring también ha cobrado relevancia en América Latina, con México como uno de los mayores beneficiarios, especialmente en el sector automotriz y de electrónica, dada su proximidad a Estados Unidos y su participación en el T-MEC.
El proyecto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) es uno de los pilares de la expansión geoeconómica de China. Desde su lanzamiento en 2013, China ha invertido más de 1 billón de dólares en más de 140 países, principalmente en infraestructura y transporte. En África, por ejemplo, China ha financiado la construcción del tren de alta velocidad Nairobi-Mombasa en Kenia, con una inversión de 4.7 mil millones de dólares, lo que mejora significativamente el acceso a mercados internacionales. Sin embargo, la BRI también ha generado críticas por las "trampas de deuda", donde países receptores tienen dificultades para pagar los préstamos chinos. En Sri Lanka, el puerto de Hambantota fue arrendado a China por 99 años después de que el país no pudiera cumplir con sus obligaciones de deuda, lo que expone las implicaciones geopolíticas del proyecto.
China ha avanzado considerablemente en sectores tecnológicos estratégicos. Según un informe de IDC, en 2022, las exportaciones de productos de alta tecnología, incluidos semiconductores y productos de telecomunicaciones, alcanzaron los 1.5 billones de dólares, representando cerca del 42% de las exportaciones totales del país. Sin embargo, la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China ha intensificado la competencia, especialmente en el sector de semiconductores. En respuesta, Estados Unidos aprobó la Ley CHIPS, que incluye 52 mil millones de dólares en subsidios para fortalecer su propia capacidad de producción de semiconductores, lo que complica el acceso de China a estos componentes críticos. Por otro lado, China ha impulsado sus exportaciones de vehículos eléctricos, con empresas como BYD superando a Tesla en ventas globales en 2023. Según datos del China Passenger Car Association, en el primer trimestre de 2023, BYD exportó más de 432,000 vehículos eléctricos, lo que la convierte en una de las mayores exportadoras del mundo.
China ha comenzado a reorientar su modelo económico hacia la sostenibilidad. En 2022, el país invirtió aproximadamente 546 mil millones de dólares en energías limpias, lo que representa casi la mitad del gasto global en este sector, según el International Energy Agency. China es el mayor productor de paneles solares, con una cuota de mercado del 70% a nivel mundial, y en 2022 instaló 87 gigavatios de capacidad solar, casi la mitad de la capacidad instalada a nivel mundial. Este cambio hacia una economía verde tiene implicaciones tanto para su economía interna como para sus exportaciones, ya que China está promoviendo tecnologías sostenibles en mercados emergentes a través de proyectos de la BRI.
El acuerdo comercial RCEP (Asociación Económica Integral Regional), que entró en vigor en 2022, es el mayor acuerdo comercial del mundo, abarcando más de 30% del PIB mundial y conectando a China con otros 14 países de Asia-Pacífico. Para China, el RCEP ofrece una plataforma para fortalecer sus lazos comerciales con economías asiáticas emergentes. En 2022, el comercio de China con los países miembros del RCEP alcanzó 1.9 billones de dólares, lo que representa un 35% del comercio exterior chino. Sin embargo, también enfrenta desafíos: el Japón y Corea del Sur, también miembros del RCEP, compiten directamente con China en sectores clave como la tecnología y la automoción, lo que plantea una competencia regional en áreas de alto valor agregado.
China, como actor clave en la economía global, enfrenta una dinámica compleja donde sus fortalezas en sectores como la tecnología y la infraestructura se ven acompañadas de desafíos internos y una reconfiguración de las relaciones comerciales internacionales. A través de su poder exportador, la BRI y acuerdos como el RCEP, sigue consolidando su influencia geoeconómica. Sin embargo, las estrategias de diversificación de cadenas de suministro y la creciente competencia en sectores de alta tecnología pueden marcar un punto de inflexión en el dominio global de China, lo que obliga a una reorientación estratégica hacia un crecimiento más sostenible y tecnológicamente avanzado.