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28 May
28May

Entre Crisis y Esperanza

La crisis ambiental que enfrentamos es una encrucijada de dimensiones planetarias. Desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 26 hasta las comunidades locales, todos somos testigos de los extremos climáticos y la fragilidad de nuestro entorno.

Crisis ambiental

La atmósfera alberga 417 partes por millón de dióxido de carbono (CO2), niveles no vistos desde hace 4,5 millones de años. Los mastodontes y los mamuts lanudos vagaban por la Tierra en ese entonces.

Desde 1850, la actividad humana ha aumentado las concentraciones de CO2 en un 48%, un cambio que antes requería 20,000 años de procesos naturales.

Julio de 2021 se coronó como el mes más caluroso registrado en 142 años. La temperatura global superó la media del siglo XX en 0,93°C.

El hielo marino del Ártico se derrite a un ritmo alarmante. La proporción de hielo de cinco años o más ha disminuido del 30% al 2% entre 1979 y 2018.

Diecisiete millones de hectáreas de bosques desaparecen anualmente. La pérdida de biodiversidad y la alteración de ecosistemas son consecuencias directas. La degradación forestal contribuye a la emisión de 3,000 millones de toneladas de CO2 cada año. 

Según la Organización Mundial de la Salud, 2 millones de personas mueren anualmente debido a enfermedades relacionadas con la contaminación. La calidad del aire, el agua y el suelo sigue siendo un desafío crítico en todo el mundo.

Estos problemas no conocen fronteras. La inestabilidad climática amenaza economías, infraestructuras y la estabilidad política. El cambio climático es la “cuestión definitoria de nuestro tiempo”, como afirmó la Organización de las Naciones Unidas.

Nuestra casa común está en peligro. La esperanza reside en la conciencia global, la cooperación y la acción decidida. El tiempo apremia y la responsabilidad es compartida.

Un Llamado a la Acción

Es momento crucial para reflexionar sobre el estado actual y los desafíos ambientales que enfrenta México. Es esencial considerar las estadísticas y datos recientes que revelan tanto los avances como las áreas que requieren atención urgente. Según el Índice de Desempeño frente al Cambio Climático de 2024, México ha descendido siete posiciones en comparación con el año anterior, ubicándose en el puesto 38 a nivel mundial. Este retroceso señala la necesidad de reevaluar y fortalecer las políticas y acciones ambientales del país.

La pérdida de biodiversidad y la degradación del ecosistema continúan siendo problemas críticos. Informes recientes indican que un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción y más del 66% del medio marino ha sido significativamente alterado por la actividad humana. Además, la urbanización excesiva y la demanda de recursos han llevado a México a una encrucijada donde la sustentabilidad debe ser priorizada. La presión sobre los recursos naturales es evidente, con la necesidad de 1.6 planetas Tierra para satisfacer la demanda anual de la población global, lo que resalta la urgencia de adoptar prácticas de consumo y producción más sostenibles.

En el contexto mexicano, la protección de defensores ambientales y la gestión de megaproyectos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec son temas de gran relevancia. El año electoral de 2024 plantea preocupaciones sobre el futuro de la agenda ambiental y la posibilidad de que se intensifiquen las agresiones contra quienes defienden el medio ambiente. Es imperativo que se implementen medidas efectivas para salvaguardar tanto a las personas como a los ecosistemas involucrados.

La calidad del aire sigue siendo una preocupación significativa, con estudios que muestran el impacto económico y la salud en zonas metropolitanas como el Valle de México, Guadalajara y Monterrey. La implementación de políticas que mejoren la calidad del aire podría tener beneficios sustanciales para la salud pública y la economía.

El Día Mundial del Medio Ambiente debe servir como un recordatorio de que cada acción cuenta. Desde la legislación hasta las decisiones individuales, todos tenemos un papel que desempeñar en la protección de nuestro planeta. Para México, esto significa abordar los desafíos ambientales con una visión a largo plazo, asegurando que las políticas y prácticas actuales no solo respondan a las necesidades presentes sino que también preserven el medio ambiente para las generaciones futuras. La reflexión y la acción son fundamentales para crear un futuro más sostenible y justo para todos.

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