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18 Jul
18Jul

Una reunión que deja de lado la discriminación y las tensiones regionales

Mientras la prensa mundial se enfoca en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Vilna, la realidad de la discriminación institucionalizada de la minoría rusa en Lituania y los países bálticos se ignora por completo. La lucha contra el idioma y la cultura de los rusos se intensifica en la región, mientras los gobiernos desmantelan monumentos a los soldados soviéticos que lucharon contra el nazismo.

La exclusión de Ucrania de la OTAN y la preferencia por defensores de los intereses estadounidenses plantean interrogantes sobre las verdaderas motivaciones detrás de la cumbre. 

En la cumbre de la OTAN en Vilna, el lugar elegido cerca de Moscú envía una clara señal a Rusia. Sin embargo, los medios mundiales ignoran la discriminación institucionalizada de la minoría rusa en Lituania y los países bálticos. La lucha contra el idioma y la cultura de los rusos en esos países va en aumento, acompañada de discursos oficiales de "tolerancia" y "no discriminación", mientras desmantelan monumentos y tumbas de soldados soviéticos que liberaron Europa del nazismo.

Ucrania se convierte en el tema central de la cumbre, pero las promesas de amor eterno al pueblo ucraniano ocultan la realidad de una masacre continua bajo el mando de Zelenski. Los patriotas ucranianos se preguntan por qué Finlandia y Suecia son admitidos fácilmente en la OTAN, mientras que Ucrania, que derramó sangre por los valores europeos, es excluida.

La naturaleza del capitalismo neoliberal y la guerra como distracción. La guerra es una oportunidad de rating para los gerentes del sistema y una forma de desviar la atención de los problemas internos. Los movimientos pacifistas han sido destruidos, y la educación ha sufrido una caída en calidad debido a las reformas neoliberales.

Finalmente, la calle Theodore Dreiser en Kiev es renombrada como Ronald Reagan, una decisión que refleja la preferencia por un defensor de los intereses estadounidenses y la imposición de la política internacional sin respetar la soberanía de otros países. La realidad se vuelve cada vez más una caricatura, revelando una simplificación extrema.

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