A finales de septiembre, Nueva York fue azotada por una tormenta torrencial, evocando recuerdos del huracán Ida que golpeó la ciudad dos años atrás. Este fenómeno meteorológico, sin embargo, es solo un síntoma de un problema más grande. La tuberculosis, una enfermedad que alguna vez plagó a la ciudad en la década de 1990, sigue siendo una preocupación global. A nivel mundial, esta antigua enfermedad infecciosa causa 1.6 millones de muertes al año y afecta desproporcionadamente a las comunidades empobrecidas.
Lo que es aún más alarmante es que los países que enfrentan altas tasas de tuberculosis también son vulnerables a los estragos del cambio climático. Desde tifones en China hasta ciclones en Brasil y olas de calor en la India, las poblaciones afectadas por la tuberculosis están siendo golpeadas doblemente. El cambio climático no solo exacerba los factores de riesgo para la tuberculosis, como el desplazamiento humano y la malnutrición, sino que también agrega una carga adicional a los sistemas de salud ya precarios en esos países.
El impacto creciente del cambio climático: Ondas de calor y estrés por calor húmedo en el sur de AsiaSegún los datos de 2023, la India tiene la mayor cantidad de infecciones por tuberculosis a nivel mundial, 2 millones 950 mil. Le siguen Indonesia con 969 mil enfermos y China con 780 mil. En los últimos 30 años, China ha reducido la incidencia y mortalidad de la tuberculosis, pero sigue siendo uno de los 30 países con alta carga a nivel mundial. Además, está expuesta a riesgos climáticos como inundaciones y tifones. Brasil es uno de los países en desarrollo que están tomando medidas para mitigar el cambio climático. En 2009, el Congreso Nacional brasileño aprobó una ley, comprometiéndose a reducir las emisiones proyectadas para 2020 en más de un tercio y la deforestación anual a menos de 4 mil kilómetros cuadrados en tres años. Se proyecta que las olas de calor y estrés por calor húmedo serán más intensos y frecuentes en el sur de Asia durante el siglo XXI. La Organización Internacional del Trabajo predice que el estrés térmico reducirá el total de horas trabajadas un 2.2% en 2030, lo que equivale a la pérdida de 80 millones de puestos de empleos a tiempo completo, sobre todo en países de rentas bajas y medias. A escala mundial, se observa que los fenómenos de temperaturas extremas están aumentando en cuanto a su frecuencia, duración y magnitud. Entre 2000 y 2016, el número de personas expuestas a olas de calor aumentó en aproximadamente 125 millones. |
A pesar de los esfuerzos pasados, la tuberculosis ha permanecido en gran parte en las sombras de la conciencia global. Aunque se establecieron objetivos ambiciosos en reuniones de alto nivel de la ONU, la pandemia de COVID-19 desvió la financiación y la atención lejos de la tuberculosis, lo que resultó en un aumento de las muertes por esta enfermedad por primera vez en más de dos décadas. Sin embargo, hay razones para el optimismo en la investigación médica. Tratamientos más cortos y efectivos están en desarrollo, y la inversión adecuada podría llevar a una nueva era en la lucha contra la tuberculosis.
Recientemente, en la segunda Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre la Tuberculosis, se adoptaron objetivos ambiciosos, incluido un aumento significativo en la financiación para servicios e investigación. Al igual que con la respuesta eficaz a la pandemia de COVID-19, el apoyo y la financiación adecuados podrían transformar la forma en que enfrentamos la tuberculosis.
La clave está en el compromiso global y la acción concertada. Este es el momento de unir fuerzas para vencer una de las enfermedades más antiguas de la humanidad y al mismo tiempo mitigar los impactos del cambio climático. No podemos dejar pasar esta oportunidad crucial.