La reciente intención declarada por el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, de recuperar el control del Canal de Panamá ha reavivado debates sobre el equilibrio de poder global y las dinámicas de influencia regional. Este corredor interoceánico, administrado por Panamá desde 1999, no solo representa un nodo vital para el comercio mundial, sino también un escenario de competencia geopolítica que involucra a potencias como China y Estados Unidos. Bajo esta perspectiva, el Canal de Panamá emerge nuevamente como un campo estratégico de disputa, en medio de un orden internacional en transformación.
El Canal de Panamá es mucho más que una infraestructura comercial; es un símbolo de soberanía nacional panameña y un elemento clave en las estrategias globales de poder. Su importancia se fundamenta en cifras contundentes: el 6% del comercio marítimo mundial y el 70% del tráfico relacionado con Estados Unidos transitan anualmente por esta vía. Desde su ampliación en 2016, que permitió el paso de buques Neopanamax, el canal consolidó su valor como un activo estratégico en el comercio internacional.
Sin embargo, la creciente influencia china en América Latina ha generado inquietudes en Washington. Empresas chinas han invertido en proyectos de infraestructura en Panamá, como puertos y zonas logísticas, consolidando la percepción de que Beijing busca ampliar su alcance en el hemisferio occidental. Aunque la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) mantiene un control operacional soberano sobre la vía interoceánica, estas inversiones refuerzan la narrativa geopolítica de competencia entre ambas potencias.
Desde su inauguración en 1914, el Canal de Panamá ha sido un punto estratégico para la proyección de poder naval. Durante gran parte del siglo XX, bajo administración estadounidense, el canal sirvió como un eje logístico para operaciones militares en el Caribe y el Pacífico. La transferencia del canal a Panamá en 1999 marcó un hito en la descolonización de América Latina, pero también alteró el tablero estratégico de Estados Unidos.
La Convención de Neutralidad garantiza el tránsito abierto y pacífico, incluso para buques militares, pero el cambio en las dinámicas de poder global ha reconfigurado los intereses. Washington percibe que la creciente presencia de China en la región, sumada a la posibilidad de que potencias rivales utilicen el canal, podría limitar su capacidad de respuesta militar en escenarios críticos.
Las declaraciones de Trump deben entenderse en un contexto más amplio: el retroceso de la influencia estadounidense en América Latina frente al avance chino. La región, históricamente considerada el "patio trasero" de Washington, ha diversificado sus alianzas, debilitando el tradicional dominio estadounidense. Panamá, por su parte, ha fortalecido sus relaciones con China desde 2017, cuando estableció vínculos diplomáticos formales, lo que encendió las alarmas en Washington.
Un intento de recuperar el canal, incluso mediante presión política, tendría implicaciones severas para la estabilidad regional. Podría reactivar tensiones históricas sobre el intervencionismo estadounidense y fomentar un alineamiento más estrecho entre América Latina y potencias como China o incluso Rusia.
La disputa por el Canal de Panamá simboliza la competencia geopolítica del siglo XXI, donde el comercio, la influencia y la soberanía nacional convergen en un escenario estratégico. Las declaraciones de Trump no solo evocan tensiones históricas entre Estados Unidos y América Latina, sino que también reflejan el desafío que enfrenta Washington para mantener su hegemonía en un sistema multipolar emergente.
En este contexto, el Canal de Panamá permanece como un recordatorio de cómo las infraestructuras estratégicas pueden convertirse en epicentros de rivalidades globales, donde las decisiones tienen el potencial de remodelar el equilibrio del poder internacional.
Una gráfica, tomada de The Economist, muestra los 10 principales países según el volumen de carga que transita por el Canal de Panamá en 2024 (en millones de toneladas), diferenciando entre el país de origen y el de destino de la carga. Aquí algunos puntos clave de análisis:
El análisis evidencia el papel crítico del Canal como nodo estratégico en el comercio global y su relevancia en las dinámicas geopolíticas y económicas actuales.
Página recomendada: pancanal.com